El pasado sábado en el aeropuerto de Hamburgo estuvo apunto de mascarse la tragedia. Un A320 de Lufthansa a los mandos del piloto Oliver de 39 años, intentó aterrizar con unas condiciones extremas de viento cruzado. El avión, con 120 pasajeros en su interior, llegó a tocar con una de las puntas de las alas la pista, pero con una rápida maniobra, volvió al aire de nuevo. En una segunda maniobra, consiguió aterrizar, con todos los pasajeros ilesos, pero seguro que un poco nerviosos, de todas maneras alguno tuvo la suficiente sangre fría de hacer una foto tras bajarse del avión.
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